24/9/13

El Sol y la Luna

El Sol y la Luna
Cuando el SOL y la LUNA se encontraron por primera vez se enamoraron perdidamente y desde entonces comenzaron a vivir un gran amor. El mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio a ellos un toque final… ¡el brillo!

Dios decidió que el SOL iluminaría el día y que la LUNA iluminaría la noche y por ese motivo estarían obligados a vivir separados. Ambos fueron invadidos por una gran tristeza cuando se dieron cuenta que nunca más se encontrarían…

La LUNA fue quedándose cada vez más triste. A pesar del brillo dado por Dios, ella se sentía sola. El SOL a su vez, había ganado un título de nobleza “ASTRO REY” pero eso tampoco le hizo feliz.

Dios viendo esto los llamó y les explicó:
-Tú, LUNA, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías. En cuanto a ti, SOL, mantendrás ese título porque serás el más importante de los astros: iluminarás la Tierra durante el día, darás calor al ser humano y solo eso hará a las personas más felices.

La LUNA entristeció más aún con ese cruel destino y lloró amargamente, y el SOL al verla tan triste, decidió que no podría ser débil y que debía darle fuerzas y ayudarla a aceptar lo que Dios había decidido. Aun así, El estaba tan preocupado que decidió pedirle algo a Dios:

-Señor, ayuda a la LUNA, por favor; es más frágil que yo, no soportará la soledad…

Y Dios… en su gran compasión… creó las estrellas para hacerle compañía a la bella LUNA.

La LUNA siempre que está muy triste recurre a las estrellas que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.

Así, ambos vivían resignados a su destino…

Separados, el SOL finge que es feliz, y la LUNA no puede disimular su tristeza. El SOL arde de pasión por ella y ella vive en las tinieblas de su pena.

Dicen que la orden de Dios era que la LUNA debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo logró. Cuando es feliz, consigue ser llena, pero cuando es infeliz es menguante, ni siquiera es posible apreciar su brillo. LUNA y SOL siguen su camino. El, solitario pero fuerte; y Ella, acompañada de las estrellas pero débil.

Pero Dios sabe que todos necesitamos amor y decidió que ningún amor en este mundo fuese realmente imposible, ni siquiera el de la LUNA y el SOL… Y en ese instante creo el Eclipse.


Hoy el SOL y la LUNA viven esperando ese instante, esos pocos momentos que les fueron concedidos para amarse y que tanto cuesta que sucedan.

20/9/13

Por Amor o por Dinero…

Por Amor o por Dinero…
En la Universidad de Harvard se hizo un experimento apasionante. Se les preguntó a 1,500 estudiantes en qué se enfocarían al finalizar su carrera, si en el dinero, o en hacer lo que les gustaba. 1,255 estudiantes dijeron que en el dinero. 245, en hacer lo que les apasionaba. En este experimento se dejaron pasar 10 largos años.

El objetivo era saber cuántas de las personas que se enfocaron en el dinero llegaron a ser millonarias y cuantas de las que se enfocaron en hacer lo que les gustaba, lo fueron.

Los resultados fueron reveladores.

De los 245 estudiantes que hicieron lo que les gustaba… 100 eran millonarios al cabo de 10 años.

¿Te gustaría saber cuántos de los 1,255 estudiantes que dijeron que se enfocarían en el dinero lograron ser millonarios?

Solamente uno.

Sé que has escuchado que hay que enfocarte en lo que más te apasiona y no en el dinero. Pero también sé que las presiones de tus padres, amigos, el qué dirán, te harán dudar y a muchos inclinarán a orientarse en el dinero. Esta es una investigación científica, que te demuestra que el único camino seguro para tener dinero…
Es hacer lo que más te apasiona.

Un motivo más para seguir tus instintos a la hora de elegir una profesión y dejar de lado opiniones de otros; en especial cuando viene el clásico “Es que esa carrera no da dinero, mejor dedícate a otra cosa que sí te deje”.


El mundo está lleno de personas que no están haciendo lo mejor que pueden hacer porque no lo hacen por amor. Lo hacen por dinero. Ayúdate a ti mismo y ayuda al mundo haciendo solo lo que amas.

Todo comienza con un ideal


Todo comienza con un ideal
En la vida todos tenemos grandes ilusiones, proyectos, deseos, en definitiva, aquellas motivaciones momentáneas que llamamos ideal, aunque no somos conscientes de lo que esta palabra en realidad significa y toda la aventura, emoción y responsabilidad que se esconde tras esa corta palabra: ideal. Por nuestra condición humana necesitamos tener un resorte, una mano que nos empuje a realizar algo, a vivir la vida con sentido, con plenitud, con la conciencia de que la vida es una y sólo se vive una vez.

La felicidad va estrechamente ligada a un ideal, un ideal que te mueva, un ideal que llene de alegría y de retos tu vida. Cuanto más alto sea tu ideal más satisfactoria y plena será la meta, la felicidad que buscamos. Es fácil estancarse en las comodidades que se pueden presentar bajo la ley del mínimo esfuerzo: Inglés sin esfuerzo, tocar guitarra sin esfuerzo… No son necesariamente malas, pero no cabe duda de que puedan ayudar a amansar la voluntad y a nublar dichas ilusiones y deseos que te mueven momentáneamente, y la naturaleza humana huye de aquello que le puede causar molestias. Ante un poco de calor, el aire acondicionado evitará una posible deshidratación; ante el frío, la calefacción evadirá un posible resfriado; al estar de pie, la dura pared te ayudará sin duda a recuperar las fuerzas perdidas.

Las calculadoras han hipnotizado las neuronas. Todo puede solucionarse con un simple “enter”. En definitiva, están hurtando aquellas capacidades que Dios dio al hombre y que de hecho es lo que lo diferencia de los demás animales: la inteligencia y la voluntad. La formación personal es una aventura porque implica lanzarse en la conquista de virtudes. Habrá emboscadas, caídas, esfuerzos, pero no cabe duda de que el resultado final fuera una enorme alegría y la certeza de que eres de verdad una persona todoterreno, lista para afrontar casi cualquier situación en la vida.


El tener un ideal en la vida es el impulso para lanzarse a dicha aventura, un ideal que llene de ilusiones, por el cual se pueda luchar, sufrir, incluso dar la vida, y que impulse a volar a grandes cimas. Pero todo ello exige voluntad, salir de uno mismo, abrir las alas a los demás para poder contemplar el paisaje que te espera al final de la montaña de la voluntad. A lo largo de la historia muchos han corroborado con su testimonio de lucha, a pesar de las dificultades que podían encontrar, que el tener un ideal bueno en la vida que se convierta en sostén y motivación de la misma es necesario para aprovechar de verdad los pocos o muchos años que tengas de vida y así poder dejar una huella buena en la historia y en los demás.

Ayer me pregunté

Ayer me pregunté
Ayer me pregunté qué tanto he vivido... Cómo es que olvidé lo importante que es vivir.
Y hoy me di cuenta de que no he vivido lo suficiente...

Que no ha bastado todo lo que he vivido...
Para darme cuenta de todo lo que he sufrido.
Que me he olvidado de todo aquello que en este momento es mi prioridad...
Que aún no he sabido vivir...
Que no se vivir.

Que me he ocupado tanto por cosas sin importancia, como cuando me preocupé por nada
Como cuando no supe valorar muchos momentos importantes en mi vida y que no he sabido atraparlos en mi memoria. Que recuerdo más la última vez que lloré; que cuando reí,

Y ahora solo sé que en algún momento dejé que mi vida se esfumara.
Que estoy dejando poco a poco se vaya extinguiendo y sin yo saberlo.

¿Me he vuelto tan insegura acaso?

Ahora no sé en dónde estoy o qué debo hacer; tengo tantas cosas y no son tan importantes. Vivo y no lo siento.

Me he dado cuenta que me he perdido de sentir por no sufrir, que me he perdido de reír por no llorar; sin darme cuenta de que al sonreír puedo ser feliz.

No me he sabido valorar lo suficiente como para darme cuenta de que puedo hacer mucho por los demás empezando por mí y tener la plena satisfacción de que soy un ser útil, que puedo si me lo propongo y si así lo quiero puedo hacer maravillas por mí.

Tuve la oportunidad de agradecer a todos aquellos con los que he compartido momentos y no lo he hecho... Creo es el momento idóneo de hacerlo.

Reflexionando doy gracias a Dios por prestarme un ratito de vida, por regalarme a este mundo en el cual vivo, a mi familia por estar siempre a mi lado; a mis amigos por estar ahí aún cuando no los necesito; a esa persona a la que quiero y amo tanto y que no lo sabe...

Gracias por existir y por dejarme existir en sus vidas.

Hoy me di cuenta que no es tarde, que aún puedo cambiar y ser mejor, que el tiempo de vida no ha sido suficiente como para aprender a vivir y apreciar lo hermoso de esta vida y que hoy tengo la oportunidad de ser y de sentir.


Que hoy puedo empezar nuevamente a vivir...